martes, 18 de junio de 2013

(Del sábado 15 de junio de 2013, en el Restaurante Regional)

El hijo invita a paella de marisco a la mujer y a la madre en el Restaurante Regional. Nadie, desde que es Nadie, se limita al Restaurante Chino y al Restaurante Regional, y más que quiere limitarse porque se está de nuevo deslimitando del límite al que quiere regresar: su casa. Cuatro mesas un sábado. Hace años se salían las mesas por la luna, el restaurante regional reventaba y sin reserva se sentía, otra vez será. Hoy el Restaurante Regional es para cuatro mesas con ingresos regulares: pensiones, autónomos relativamente desahogados, funcionarios con el retorno de la paga extra -esto espera Nadie-. La vida ha subido un huevo y a nada que Nadie se disipe el sueldo se va a tomar por el culo. Tres seguros, las viñetas, la comunidad, la hidroeléctrica, internet y teléfono, garaje. Escalopines al queso de Cabrales. Las vacunas de Nada y su peluquería. Viña Canda. La vida ha subido un huevo y Nadie gana menos que hace años, y trabaja más horas, bastantes más horas al año. El Estado no tiene un duro. El fondo de pensiones debe de andar en estado crítico. Más impuestos para salvar las pensiones. En Hipernada defraudó hasta el Espíritu Santo. El espíritu de la Constitución del 78 en espíritu se quedó y lo que no se quedó en espíritu en espíritu dejó a Hipernada. La mujer del dueño del Restaurante Regional, la dueña, ha echado un culo monumental, cósmico. Van entrando los escalopines, a partir de ya excedentes de grasa para tiempos de frío. La dueña del restaurante regional trabaja y come, come bien y a base de bien trabaja. Está el camarero aimara, o quechua, o sabe el etnólogo qué; y está la ayudante de cocina negra. Nadie seguirá viendo episodios de The Twilight Zone, escuchando documentales a tapa echada del portátil: matemáticas, física, cosmología. Ayer noche, en YouTube, buscando nuevos episodios de The Twilight Zone, se encontró con una grabación de "Encuentros con las letras". El pasado quiso anegarlo, lo metió en ella, Jorge Luis Borges empezó a hablar, ininteligible, yo esto, yo lo otro, yo lo de más allá, y Nadie se dijo: leídos cuando tenía nombre de pila bastantes cuentos de este señor, qué me importa ahora lo que cuente de sí, de sí esto, de sí lo otro, de sí lo de más allá; que se vaya a dar el rollo a otro lado, hombre, YouTube search matemáticas, Pitágoras o los pitagóricos descubriendo la irracional raíz cuadrada de dos como segmento de la hipotenusa, infinitos decimales dando exacta cuenta de una longitud.

(Continúa.)

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