martes, 19 de febrero de 2013

Lunes, 18 de febrero de 2013

Dos mesas. Lunes. Sopa, ensalada, rollo de primavera. Y pollo con almendras, que mucho comió Nadie en restaurantes chinos -este no existía- en 1993 entre la jornada laboral de funcionario de ventanilla eventual y la academia donde se estaba preparando para funcionario de ventanilla fijo. La sopa esta, con finas tiras de pollo, es la sopa más occidental de cuantas ha probado hasta ahora en los chinos. Por occidental no es repetible. Al primer chino lo llevó alguna cuando Nadie y ella, ay, ya no eran novios, que alguna, Alguna, ya había sacado oposición de ventanilla y vivía de alquiler muy cerca de los padres de Nadie y de Nadie mismo por ende. Nadie, muy reticente, se dejó entrar en aquel chino. Nadie era una víctima más de los prejuicios en torno a la comida, sospechosa hasta de canibalista, que servían los restaurantes primeros de los de los ojos rasgados. Alguna, que siempre fue muy echada "palante", ya los había catado y bien catado posiblemente en compañía de algún pene progre orientalista, o el enano inmediato a la ruptura de Nadie con Alguna o el que acabaría siendo marido de Alguna, a quien Alguna puso bonitos cuernos con Nadie más de una vez. También se los había puesto al enano con el mismo. La historia de Alguna con Nadie tardaría años en acabarse, pero como todos éramos tan progres jamás llegó la sangre al río. Qué bien.

Pollo o chino de muerte natural picado están de puta madre, pero recuerda las almendras más grandes en restaurantes otros otrora, pero ha pasado tanto tiempo... Acabada la jarra de sangría, la de la derecha de Nadie de la mesa de al lado se está sincerando con la de enfrente, que está a medias por la labor y asiente emboscada en el wasap. Nadie se está encontrando huesos oopart en el pollo con almendras, los cuales escupe y aquí no ha pasado nada. La desinhibida de la mesa de al lado recomienda ahora películas y libros, y mira tú -le dice a la otra- que nunca he leído libros de otros mundos y otras cosas (sic.), pero está muy bien, por eso te lo recomiendo. Ay.




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