miércoles, 5 de junio de 2013

En el Hospital Concertado, en la cafetería de colores psicodélicos que en su tarde quedó asociada a una relación que no pudo ser quién sabe si porque no debía ser, la hija de doña Ce hospitalizada en el ala de psiquiatría por un brote psicótico de psicosis heredada paterna y paternalmente. A la niña le debe Nadie el tajo radical en aquello que seguramente no iba a ningún lado o de ir iba a un lado oscuro. Mejor así, esta tarde en la cafetería de colores psicodélicos del Hospital Concertado, en ella por causa de doña De, que era el futuro del tajo, el tiempo que lo estaba esperando al menos en este universo entre universos. Conoció a doña De porque ya había iniciado la huida, una elipse espera, por el momento una parábola hacia atrás, en contra de la dirección del tiempo pero sin que este se entere. Una relación más imposible que la que quiso mantener con la madre de la niña del tajo fue el detonante. Fue relativamente fácil, ya tenía máquina del tiempo, una Vespa de cincuenta centímetros cúbicos; sin ella habría resultado imposible el tajo de Nadie, atajo en apariencia excesivo mas visto desde esta tarde necesario. Acertó. Acertó Nadie a finales de julio de 2010, la selección de fútbol de Hipernada reciente campeona del mundo. Quiso la cosa que doña Be y Nadie hubieran hace poco reiniciado, después de tantos años, el diálogo. Ahí, a finales de julio de 2010, aún no sabía Nadie que había metido marcha atrás hacia 1981. 

1 comentario:

  1. Quizás, a veces, el camino natural a seguir es el opuesto al esperado, hacia el que la inercia de la vida nos lleva sin remedio.

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