miércoles, 29 de mayo de 2013

Michio Kaku: la revolución cuántica



Das Jesus video (2002)





LO QUE ESTA TARDE NADIE LE CONTABA A PULSATILLA

Hasta aquí hemos llegado -se dice escribiendo Nadie-, a romper la sequía trasegadora de hasta aquí por la hipertensión arterial, de vacaciones ya Nadie, que está hasta los cojones de dos cosas: la cosa de su trabajo garbancero y la cosa del tiempo atmosférico de su región -pergeña Nadie en el restaurante regional.

Avanza Nadie por el pifostio, se adentra en esa selva algebraica de árboles lógicos, cada vez más espesa, y a veces, ay, estos le impiden verla en su conjunto, y el pollo, que es lo importante, ha llegado. La tensión está controlada en sobresaliente desde el jueves pasado, así que, ave pollo, este cenador te saluda y te pide perdón por tu muerte y a Dios gracias da por ella, y Nadie se dispone. Estás de puta madre, pollo, servido tú a cambio del signo de un signo: el señor Saussure hablaría de continente plástico, signo inmediato y por supuesto aceptado, bueno es Nadie, con contenido significante y significado de papel, signo mediato este que vale por un pollo. ¿Sigue alguien a Nadie? Señor Saussure de lado, la tarjeta visa es el billete que vale el pollo con el vino. ¿Mejor así? Vivimos en un mundo de sustitución. Nadie está al final casi de la cadena, donde la mentira económica es la moneda de cambio.

En agosto de 2010 el organismo bautizado de quien no era Nadie empezó a diluirse en tiempo. Hacia febrero del presente desapareció como tal organismo inicial entero. La dilución se llama Nadie. Del concepto de metáfora como activación de semas contextuales conocidos como clasemas, la solución Nadie ha pasado, conversa, al discurso lógico-matemático, asesina de sí misma con nombre de pila o quizás tan sólo necesariamente homicida para en elipse de tiempo hacia atrás alcanzar al organismo muchacho de 1981 y llevarlo a donde nunca fue. Agarre usted por la melena a quien no era Nadie y tráigalo hasta Nadie para que no sea Nadie.


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