Una mesa enfrente, bueno, mesas enfrente unidas con veinticuatro comensales. Aún sobrio, Nadie se acojona. Está en el restaurante regional acompañado, de momento, por el Berberana. La vecina de Nadie le acaba de contar a su nieta que Nadie fue el primer hombre con el que se acostó la madre de esta, que lo mira con ojos de querer matarlo hasta que la abuela le dice la edad de la madre entonces: dos años; Nadie debía de andar por los siete con paperas. Ahí la nieta de la vecina sonríe, menos mal. Pollo al ajillo, para qué variar. Dos mujeres, dos novias despistadas en la mesa que acojona, ya un poco menos. Por lo que hablan, deben de ser un equipo de fútbol de primera o segunda regional, de ahí el hombre mayor de la esquina de la mesa, que debe de ser el entrenador, el míster. Ellas deben de ser novias recientes, muy comedidas. Ellos, a miles de kilómetros de distancia de Nadie, gente sana, sanota. Beben sidra y beben sangría de sidra. El míster tiene la cara congestionada de quien ha bebido a lo largo de su vida toneladas de cubatas. Aunque Nadie esté pagando por la ración de pollo casi toda la cena del chino, a veces es necesario cambiar de aires, regresar a occidente. A finales de los noventa y hasta 2006 Nadie dilapidó pesetas primero, después euros en cenas, muchas cenas en restaurantes de gama hasta alta con camarero a la espalda sirviéndole el vino. En alguna enoteca fue Nadie solicitado para catar caldos y acatar su aprobación o desaprobación. Nadie tenía nombre y era un hombre de letras. Nadie tomaba la copa por el cuello y olía el vino girándola o habiéndola girado, un sorbo breve, dos o tres segundos, aprobación o suspenso. Fueron los tiempos del glamour junto a la Eximia, de tendencias refinadas ella, como queriendo compensar su habla limitada en vocecita infantil, como intentando superar su pasado rural, paleta vergonzante. Una de las novias mantiene forzada, entre deportistas del balompié, el tipo de mujer interesante. A todo gochín le llega su san Martín y todo ciclo se acaba y la vida está compuesta por ellos, gochos y ciclos. Fundido ahora mismo Nadie por mor del mercado, por esta crisis de la Babilonia extrema del siglo XXI, por el surreal intercambio de Berberana por papel ahora código binario visa, lo que da libertad pero deja mucho pobre por el camino.
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