La enfermedad sigue en su sitio.
martes, 15 de enero de 2013
Ayer, o sea hoy y ahora mismo todavía masticándola, la cena con principios de enfermedad después del trabajo, ida de y vuelta a casa en la PX 150 de Nadie bajo la lluvia mas no precisamente cantando: patatas Opencor prefritas congeladas fritas, dos hamburguesas, lo que restaba del Grana Padano, media -más o menos- cebolla cruda y un humildísimo Don Mendo a precio de tienda que cierra tarde.
Caldo de garbanzos de una cocina anterior. Fregando cubiertos, sartenes y cazuelas, se va el Don Mendo y se abre un Romeral. Repite más que menos la cena de ayer.
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Don Mendo, color cereza de capa medio-baja. En nariz frutas rojas, no excesivamente intenso pero si correcto. En boca buen paso, sin estridencias ni grandes cosas. Vino correcto. Para acompañar en la mesa. Ja, ja, ja, ja.
ResponderEliminarFíjese en que ahora mismo estoy bebiendo un Romeral, que más que lo dobla en precio, y pensé que era el Don Mendo, que había perdido sabor.
ResponderEliminarDicen que un buen caldo (sin referencia a la época donde los vinos eran macerados a altas temperaturas) cura todas las enfermedades.
ResponderEliminar¿Está doblada la taza o es un efecto óptico?
No lo es: lo está.
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